La vida larvaria transcurre en uno o dos años dependiendo de la especie, así como también de factores ambientales como la temperatura y la sequedad más o menos acentuada. En el curso de la vida larvaria se producen numerosas mudas, generalmente entre 10 y 15, durante las cuales aparecen las alas que crecen de forma progresiva muda tras muda. Una vez que se completa el crecimiento de la larva, se produce la última muda, que es donde podremos utilizar el término de metamorfosis. Esta es la muda que dará origen al individuo adulto, que tras ello, no volverá a realizar ninguna muda más.
Representación del ciclo de vida de los odonatos
En esta muda final se produce una profunda reestructuración corporal y se suspende aparentemente toda actividad. La larva pasa unos días en la superficie del agua, en el curso de los cuales cesa la respiración intestinal y se abren los estigmas respiratorios. Llegado el momento sale al aire libre trepando por una piedra o por el tallo de alguna planta, después de lo cual permanece inmóvil durante un tiempo en una posición que es característica del grupo al que pertenece. En esta situación los zygópteros eligen posiciones más o menos verticales, libelúlidos, cordúlidos y la mayoría de gómphidos eligen superficies horizontales, mientras que los aéshnidos superficies de entre 90º y 180º. Transcurrido un tiempo la cutícula se seca y se rompe por la zona dorsal, liberando primero la parte anterior del cuerpo (cabeza y tórax) y a continuación, después de un momento de reposo, el abdomen.
Por último, las alas, que aparecen encogidas y arrugadas, tienen que desplegarse mediante la entrada de hemolinfa a través de los nervios alares. Es frecuente encontrar en los alrededores de los cauces fluviales o charcas los restos de las mudas secas (exuvias). Una vez finalizado todo el proceso de metamorfosis el imago presenta los tegumentos blandos y descoloridos y tiene que pasar por un periodo de maduración para el desarrollo de su coloración y de los órganos reproductores. Todo este proceso, desde la emergencia de la larva hasta el primer vuelo del imago, tiene una duración de entre una y tres horas y es un momento de la vida bastante crítico ya que el individuo se muestra vulnerable tanto a las condiciones climatológicas adversas, por la consistencia de su cutícula, como a ser capturados por otros animales, especialmente aves, debido a su inmovilidad; es por ello que este proceso ocurre en la mayoría de los casos por la noche o en las primeras horas del día.
Metamorfisis de los odonatos