Charcas, embalses, lagunas y turberas son medios para utilización antrópica como para la ganadería, la agricultura, consumo o actividades de recreo. El estado de estos medios va a ser dependiente de la forma en la que se utilice, por ello, la realización de buenas prácticas permite coordinar el aprovechamiento de estas aguas y su conservación.
En cuanto a buenas prácticas agrícolas y ganaderas se puede aplicar la protección de turberas y el establecimiento de mallas que impidan el paso del ganado a éstas, protección de las orillas a través de un vallado que evite el exceso de excrementos y pisoteo y pérdida de la orla vegetativa y evitar quemas próximas a los humedales pues las cenizas llegan a los medios acuáticos por escorrentía.
Turbera con mallas para evitar el pisoteo y exceso de excrementos.
En las buenas prácticas para evitar la degradación y pérdida de hábitat podemos destacar el aumento de la lámina del agua cuando el medio acuático se esté recuperando ya que aumenta la diversidad de odonatos.
Dentro de las buenas prácticas forestales destacaría una medida principal que consistiría en la formación de corredores que conecten distintos encharcamientos dentro de una masa forestal manteniendo una banda de vegetación natural al rededor del encharcamiento para que reduzca el agua por escorrentía.
Finalmente en las buenas prácticas de actividades de recreo encontraríamos la limitación de la utilización de embarcaciones a motor desde la orilla hasta una profundidad de 3 m para evitar la destrucción de la vegetación acuática más superficial.
Referencia de esta publicación:
Sánchez García, A. et al. Los odonatos de Extremadura. Junta de Extremadura. Capítulo 6: Conservación (pág. 261). 2009 http://extremambiente.gobex.es/files/biblioteca_digital/atlas_odonatos.pdf